En Bogotá la gente madruga y a las siete de la mañana ya todos están en la calle. Así que cuando salgo de mi hotel, en plena séptima, buscando un café y algo para ponerle a mi estómago, son apenas las nueve, pero se siente como mediodía. La maravilla de estar en la Zona G es que las opciones sobran, y lo difícil es elegir una. Es aquí donde las dos multinacionales más importantes de café tienen sus locales de especialidad: Orígenes de Juan Valdez y Starbucks Reserve.
Pero, en la esquina de la quinta con la calle 70, el local de Masa me conquista a primera vista. No podía ser de otra manera: el lugar se encuentra en un edificio de ladrillos aparentes, tiene un único salón con una gran mesa comunal al centro y el pan, como la estrella del espectáculo, detrás de unas lindas vitrinas de vidrio.
Los colores vivos de la decoración lo hacen sentir moderno y limpio, pero es el pan y su aroma lo que lo convierte en un espacio casero y acogedor. Me acerco a la vitrina, como mareada de tantas opciones. Una de las chicas que atiende se me queda mirando, yo le digo simplemente: “Quiero algo para desayunar”, y ella, como leyéndome el pensamiento, me extiende un plato con dos danish de canela. Asiento con la cabeza.
Me instalo en la terraza exterior, con mi pan recién horneado, un vaso de jugo de naranja y, desde luego, un café. La postal perfecta del desayuno. Hay, por supuesto, cosas mucho más elaboradas en el menú —huevos y sándwiches, platos de fruta y granolas—, pero no me hacen falta, soy feliz con este danish recién hecho.
Si viviera en Bogotá, pienso, vendría a Masa una vez por semana a ver pasar el mundo mientras como pan dulce. El eslogan de la tienda de las hermanas Silvana y Mariana Villegas me hace ahora todo el sentido del mundo: “Si hay pan, estamos bien”.
Masa, Calle 70 # 4 – 83, T. +57 1 211 0899, somosmasa.com