1. Si eres mexicano, puedes comprar la visa en el aeropuerto
Justo antes de abordar el vuelo. Pero vale la pena tramitarla de manera directa en la embajada de Cuba en México, un edificio diseñado por el arquitecto cubano Fernando Salinas, que fue construido en 1977 basado en dos ejes que ahora son básicos en la arquitectura contemporánea: hacer más con menos y hacer que los inmuebles convivan de manera orgánica con el medio ambiente.
2. La capital cubana no está “atrapada en los años cincuenta”
Debido a su sistema económico y al embargo de Estados Unidos, evolucionó de una manera distinta a la de los países neoliberales, pero eso no significa que no haya cosas nuevas en la isla o que “el tiempo se haya detenido” para sus habitantes.
3. No es un destino superbarato
En Cuba, los visitantes no usan el peso cubano, sino el peso cubano convertible (CUC), que se encuentra en paridad con el dólar estadounidense. En el circuito turístico, uno puede gastar en alimentos y hospedaje lo mismo que en ciudades como París y Nueva York. Tener acceso a los lugares sólo para cubanos (y a sus precios) no es tan sencillo.
Si hay disposición de hacerlo, uno puede formarse durante un par de horas para cambiar los CUC por pesos cubanos y luego pedir consejos sobre casas de huéspedes y paladares —como se les conocía a los restaurantes clandestinos—, aunque eso puede ser el camino directo a otra tourist trap. Eso sí, con un poco de esfuerzo en la exploración, uno puede terminar comiendo tres tiempos de comida cubana casera —sopa, moros y cristianos, lomo de cerdo y café con frutas como postre— por sólo un CUC.
4. La gente no te pide que le regales tus cosas en la calle
Quizá esta sea la experiencia que algunas personas tuvieron en los años en que la caída de la Unión Soviética y el embargo afectaron más a Cuba. No había alimentos suficientes, ni medicina, ni ropa. Y sí, con seguridad la gente pedía ayuda con desesperación. Pero desde hace varios años la situación de los cubanos se estabilizó y hoy en día esa situación no es frecuente. Eso sí, como en todo spot turístico del mundo, el acoso de los vendedores es algo de lo que es muy difícil librarse.
5. La Habana es una ciudad donde siempre pasan cosas
Sí, los almendrones (los grandes coches de los años 50) pueden darle a la ciudad un toque nostálgico, pero no todo es así. Hay mucho presente que explorar, en especial, en el mundo de las artes. Siempre hay música y danza en el Teatro Nacional, y la posibilidad de ver colecciones de arte contemporáneo interesantes, como la del ron franco-cubano Havana Club. Nada mejor que ir a la Bienal de La Habana, cuya próxima edición será en 2017. Y en la parte gastronómica, hay que explorar restaurantes como el Café Laurent (Calle M 257, PH, Vedado), Le Chansonnier y el Vistamar, con excelente vista y langosta espectacular (Ave. 1ra, entre la 22 y la 24, Miramar).
6. “Mi mojito en La Bodeguita, mi daiquirí en El Floridita.”
Una frase atribuida al escritor Ernest Hemingway y que está llena de razón. Por más que visitar ambos bares sea un cliché, hacer escala en ellos no tiene desperdicio.
7. Los habanos se deben comprar sólo en los sitios oficiales
Habrá mucha gente en la calle ofreciéndote estos maravillosos cigarros a precios irreales de tan baratos. No caigas. Los habanos son un producto de lujo, hecho a mano y con la mejor materia prima del mundo. Su precio es alto, están bien regulados y se venden con sellos y hologramas de protección y autenticidad. Todo lo demás puede ser una trampa.
8. Encontrar una buena señal de internet es una pesadilla
El servicio es caro, lento, hay algunas restriciones en aplicaciones de Google y algunas otras páginas. En fin. El acceso a la conexión a internet es la vara con la que muchos han medido el progreso de la isla. Puede costar hasta 8 CUC tener una hora de navegación ineficiente y el servicio no está disponible en todos lados, por lo que para mayor seguridad hay que buscarlo dentro de los grandes hoteles. Lo mejor para no frustrarse es aceptar que unos días lejos del wi-fi le vienen bien a cualquiera. Más pronto que tarde, uno se encuentra disfrutando al cien por ciento de la vida sin revisar los likes obtenidos en Facebook.
9. Sí hay Coca-Cola
La ha habido desde hace años pese al embargo. Se exporta la que es producida en México. También hay tiendas de marcas como Adidas y United Colors of Benetton. No es que sea un asunto tan digno de mencionarse, pero sí es algo que puede sorprender a quienes piensan que esas opciones de consumo no existen.
10. Si no has estado en La Habana, este es el momento
La reanudación de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos dejan clara una cosa: la isla está a punto de cambiar. No se sabe en qué dirección, aunque se puede preveer la homogenización que vivimos todos los países que hemos entrado en la vida global. Aún hay tiempo, para quien lo desee, de ver un sitio con personalidad propia y bien definida, alejado de la uniformidad que nos da nuestro sistema económico.