Austin ya no es lo que era. Para bien, y algunas veces, también para mal. Hasta hace unos años esta era apenas una pequeña ciudad universitaria y hoy es la metrópoli con mayor crecimiento de todo Estados Unidos. Se estima que unas 560 mil personas se mudaron a Austin en la última década, y ese medio millón de nuevos habitantes ha traído consigo muchos cambios. Google, Facebook, Tesla, Amazon, Space X y Oracle son algunos de las responsables detrás de este ajuste demográfico.
Para quienes viven en el área este crecimiento no siempre ha sido una buena noticia: el mercado de bienes raíces se ha vuelto inaccesible para muchos, aunque su población se ha diversificado y todas sus minorías han crecido, convirtiendo a la ciudad en una capital mayoritariamente de minorías (con los latinos a la cabeza). Para quien la visita, la historia es muy diferente. En los últimos años la ciudad pasó de tener una oferta hotelera mínima a ofrecer un abanico de opciones con todos los nombres jóvenes y sexys del mercado: The Line, Arrive, Proper, East, etc.
La nueva cocina de Austin
La escena gastronómica ha sido una de las más beneficiadas con tantos cambios. Hasta hace poco el mítico Franklin Barbecue era único local que hacía ruido fuera de la ciudad (ojo, aún vale la pena madrugar y hacer la fila para disfrutar de su comida) pero hoy son muchos los que dan de qué hablar, entre ellos Suerte, del chef Fermín Núñez, originario de Torreón, Coahuila. En un espacio amplio, moderno y sencillo, Fermín ofrece clásicos mexicanos en una versión delicadamente mejorada: como sus tacos de suadero que hacen suspirar a todo el mundo, incluidos los mexicanos que llegamos hasta ahí.
En la lista de comida por probar hay que anotar también el sorprendente ramen de Tatsu-Ya (su tsukemen es infalible), el delicioso brunch de Rene Ortiz en Launderette, cualquier pan o derivado que salga de Swedish Hill, las hamburguesas de Hopdoddy Burger Bar, la cocina de influencias europeas de June’s en South Congress, las pastas de Emmer and Rye, las pizzas de Buffalina y el infinito universo de tacos que demuestran que el Tex-Mex no es ni mejor ni peor sino una respetable categoría en sí misma (Torchy’s y su taquito de carne de puerco verde con cotija o Veracruz All Natural con su tacos de migas, son un sólido punto de partida).
Barrios para redescubrir
Aunque como en muchas ciudades de Texas el coche es rey, aquí hay un par de barrios bastante caminables. Vale la pena recorrer South Congress de abajo hacía arriba y asomarse al hermoso Hotel San José o Saint Cecilia. 6th Street, desde el Este hacia el Oeste, es también una buena opción para estirar las piernas o probar alguno de los cientos de servicios de patines que hay en cada esquina de la ciudad. Y si hablamos de marcas ilustres, habrá que visitar algún Whole Foods, que nació justamente aquí y la flagship store de Yeti, la famosa marca de equipo para exteriores. Para los que no perdonan un viaje sin visitar una librería, Book People es la parada obligada.
No todo ha cambiado en la ciudad, y aunque el skyline empieza a parecer vertiginosamente vertical, el río Colorado continúa atravesando apacible la ciudad mientras que los murciélagos aún no se mudan de su escondite favorito, debajo del Congress Avenue Bridge. Para pasar el día las recomendaciones siguen siendo las mismas: pasar la mañana en la Alberca Municipal de Barton Springs; visitar el Jardín Botánico de Zilker Park; asomarse al Capitolio y aprovechar para caminar por el centro. Austin siggue siendo una de las grandes metrópolis musicales del país, así que siempre es bueno consultar la cartelera de The Moody Theater, hogar de Austin City Limits Live.
Ahora, si de lo que se trata es de hacer como los locales, entonces el fin de semana hay que escaparse al cercano Lake Travis. Aquí muchos llegan a practicar deportes acuáticos y disfrutar de la naturaleza aunque la segunda mejor opción sería instalarse a ver el atardecer en el bizarro pero divertido Oasis Café. La comida no tiene nada de especial pero es cierto que las visitas y la multitud completan la experiencia.
Mucho seguirá cambiando en la capital de Texas mientras más empresas se reubiquen aquí pero tal vez lo más importante sea que el espíritu relajado y buena onda que siempre ha distinguido a sus habitantes se mantenga. No por nada aquel slogan famoso dice “Keep Austin Weird”. Tan raro como que el actor Matthew McConaughey se ha convertido en el gran defensor de la ciudad y algunos hasta se atreven a decir que podría convertirse en el nuevo gobernador del estado.