Desde la pandemia, cuando el home office se convirtió en la norma, comenzamos a escuchar con mayor fuerza sobre un término que ahora es fuente de controversias y discusiones: los nómadas digitales. Aquellos trabajadores que desempeñan sus labores diarias sin tener que estar en un lugar fijo y pueden moverse entre diferentes ciudades.
Aunque es verdad que existían desde antes de que las condiciones sanitarias obligaron el cierre de oficinas, muchas más personas aprovecharon la flexibilidad del trabajo remoto para viajar o vivir temporalmente en un nuevo destino, sin preocuparse por su fuente de ingreso, pues ahora podían hacerlo mientras trabajaban. De acuerdo con un estudio realizado por MBO Partners, una firma internacional de capital humano, el número de nómadas digitales que salieron de Estados Unidos aumentó 131% desde el inicio de la pandemia.
Sin embargo, lo que parecen ser unas vacaciones infinitas, no vienen sin sus propios problemas. El impacto que los nómadas digitales tienen en los destinos a donde llegan suele observarse de inmediato, tanto con sus cosas buenas, como con las malas. Si bien impulsan el turismo, servicios y negocios de consumo en cada lugar, también afectan a los residentes locales en diferentes formas, como con la gentrificación de zonas residenciales y el aumento general de los precios.
Por ejemplo, en la Ciudad de México, uno de los destinos donde más crecieron este tipo de residencias temporales desde la pandemia, se calcula que la derrama económica por la estancia de los nómadas digitales alcanzó aproximadamente 9,300 millones de pesos en 2022. Pero, mientras eso sucedía, las rentas en las colonias más céntricas y los precios de servicios subieron hasta desplazar a varios de sus residentes locales, con muchos menores ingresos que los más de 4,000 dólares mensuales que los trabajadores remotos reciben.
Varios gobiernos en el mundo han identificado tanto los problemas como los beneficios que los nómadas digitales traen a su economía y han implementado nuevos procesos para encontrar alguna solución. Australia, Portugal y Alemania, entre muchos otros, están evaluando a este tipo de visitante que, por un lado, no son turistas común y corrientes, pero tampoco residentes. Canadá, por ejemplo, acaba de anunciar que impulsará un programa de migración especial, dedicado a los nómadas digitales.
La nueva visa de Canadá para nómadas digitales
Normalmente las autoridades de migración canadiense no hacen ninguna diferencia entre cualquier turista y los trabajadores remotos que llegaban al país para pasar una temporada extendida. De forma que todos tienen que entrar al país con estatus de turista y no pueden quedarse por más de seis meses.
Sin embargo, este 2023 el gobierno de Canadá empezó a evaluar la posibilidad de regularizar y extender la estancia de los nómadas digitales para que puedan ocupar trabajos clave en el sector de tecnología local.
El Canada’s Tech Talent Strategy busca atraer talento extranjero que pueda impulsar las industrias del futuro. La idea es recibir a cualquier nómada digital, para que conecten con empresas nacionales y puedan extender su estancia en el país hasta tres años más.
