A diez años de su muerte, el Museo de Arte Moderno presenta una exposición con cincuenta obras del pintor nacido en Guadalajara. La muestra Juan Soriano: 1920-2006 fue curada por Octavio Avendaño.

En la exposición se muestran algunas de las facetas del pintor jalisciense. En una primera parte aparecen autorretratos y representaciones de las figuras de la élite intelectual de la época: Xavier Villaurrutia, María Izquierdo y Elena Garro, entre otros. En la segunda parte se muestra su faceta más abstracta, que incluye cuadros como La inestable eternidad de espuma y algunas de sus esculturas.

En el momento en que empezó a despuntar su carrera, a partir de la década de los cuarenta, el muralismo era el sistema artístico que dominaba toda la escena. Soriano no quiso inscribirse en esa corriente y tuvo que buscar desarrollarse en otros cauces; además de que su pintura tenía otro enfoque, acusó a muchos de sus miembros de machismo, por lo que no se sintió cómodo ahí.

Soriano encontró mayor afinidad con el grupo de los Contemporáneos, aunque éstos no se dedicaban a la pintura. Con muchos de ellos, como con Xavier Villaurrutia, trabó amistad.

Diseñados por él, están los carteles de Poesía en Voz alta, un festival que se realiza cada año y que ha cobrado importancia dentro de las letras mexicanas; fue fundado por él junto a Jaime García Terrés, Juan José Arreola, León Felipe y Octavio Paz.

En la muestra aparecen varios testimonios de escritores y de gente que lo conoció muy bien. Por ejemplo, de María Zambrano, Elena Poniatowska, Octavio Paz y Juan García Ponce.

Juan Soriano: 1920-2006 presenta también un documental dirigido por el cineasta mexicano Arturo Ripstein, quien entrevistó al pintor en su casa. Esta pieza, grabada en un ambiente íntimo, muestra una faceta de Soriano en la que cuenta algunas de las dudas de su proceso, la manera en que afronta la soledad, así como la amistad que trabó con varias personalidades de la cultura mexicana, como Octavio Paz, de quien hizo un retrato que no está en la muestra.