Isamu Noguchi, escultor japonés de madre estadounidense, apostó por transformar el espacio público y no sólo quedarse en las salas de museo. Con influencia de ambas culturas –aunque quizá con predominio de la japonesa–, el jardín y el juego serían su fuente de inspiración y, especialmente, sus lugares de intervención.
El Museo Tamayo exhibe Los parques de Noguchi, en donde quedan reflejadas sus ideas sobre el juego y la adaptación de éste a los parques. Unas salas muestran maquetas, dibujos arquitectónicos y fotografías, sin embargo parte de la exposición continúa al aire libre, donde, contrario a las reglas habituales de los museos, la gente puede subirse en algunas de las esculturas.
Moana Park, My Arizona, Riverside Playground, Kodomo No Kuni y Moere Numa Park son sólo algunas de las obras que conforman Los parques de Noguchi. En algunos casos, la información de las mismas nos revela que se trata de proyectos lamentablemente truncados, como el United Nations Playground, que sería construido en la sede de la ONU en Nueva York.
Además de ser considerado precursor de algunas corrientes del arte como el land art o el earth work, Noguchi colaboró con gente de otras disciplinas y exploró numerosas plataformas como el diseño, la escultura y la arquitectura –faceta que también es revisada en la exposición.
Con la coreógrafa Martha Graham trabajó durante mucho tiempo diseñando los muebles que aparecían en escena. Fue en esta etapa cuando descubrió que la escultura podía ser una extensión del cuerpo en movimiento.
También colaboró con John Cage en la pieza The Seasons, y con el arquitecto Louis Kahn en el proyecto Riverside Playground.
En la última parte de la exposición es posible palpar que las piezas cumplen uno de los deseos de Noguchi: hacer de la escultura una experiencia directa y lúdica en el espacio público.
- Museo Tamayo, hasta el 9 de octubre.