Wifredo Lam, rescatado del olvido

La exposición itinerante dedicada al artista cubano recorre Europa.

06 Aug 2019
Wifredo Lam, rescatado del olvido

Wifredo Lam nació en Sagua la Grande, Cuba, en 1902, cuando el país apenas se había independizado de España. Su juventud la pasó en la isla, en una época de cambios, donde la identidad cubana, que acababa de librarse del conflicto de la ocupación española y de la intervención norteamericana, buscaba recobrar su pasado caribeño y africano.

En su obra se pueden notar estos rasgos que mezclan el pasado africano de Cuba junto a las raíces caribeñas y el antecedente hispano. En su juventud vivió en Madrid, donde se empapó del ambiente del arte vanguardista, cuya influencia también se vio reflejada en su obra.

La similitud de algunas de sus obras con las de Picasso resulta particularmente presente en el Guernika. Wifredo Lam vivió en España durante el periodo republicano y, al estallar la guerra civil española, antes de emigrar se enfiló con los republicanos para contrarrestar el embate franquista.

En Europa, algunos museos están organizando exposiciones itinerantes. Es el caso de la actual Wifredo Lam, dedicada al artista cubano, que ahora está en el Reina Sofía, en Madrid, y que antes pasó por el Centre Pompidou de París y finalizará en la Tate Modern de Londres.

La exposición se divide en cinco bloques: “España (1923-1938)”, donde aparecen sus primeros trabajos, con mucha influencia de la tradición academicista que había aprendido en La Habana y en Madrid, y que después cambió al conocer a Gris, Miró y a las vanguardias; “París, Marsella (1938-1941)”, a donde emigró por la guerra civil española, cuyas ideas se ven reflejadas en su obra, sumado al encuentro que tuvo con André Bretón; “Cuba y América (1941-1952)”, donde hace un repaso por la cultura afrocubana, de la mano de algunos reconocidos estudiosos, como Lydia Cabrera y Alejo Carpentier; “París, Caracas, La Habana, Albissola, Zurich (1952-1967)”, donde sus ideas cambian acorde a las mudanzas y su retorno a París; finalmente “París y Albissola (1962-1982)”, su última etapa, donde sus creaciones tienen cierta influencia del azar.

Los organizadores comentaron que uno de los propósitos de la exposición es rescatar un poco del olvido a Lam, pues si bien su obra ha pasado por otros museos como el MOMA, además de haber sido aclamada por sus pares vanguardistas, consideran que le hace falta mayor reconocimiento.

En una entrevista, Wifredo Lam declaró: “Quería de todo corazón pintar el drama de mí país y expresar en detalle el espíritu negro y la belleza del arte de los negros. De esta manera podía actuar como un caballo de Troya del cual saldrían figuras alucinantes, capaces de sorprender y perturbar los sueños de los explotadores”.

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