Con una segunda edición, Zsona Maco Foto tiene la oportunidad de reconquistarnos y demostrar que puede establecerse como una feria sólida en torno a la imagen.
El año pasado nos dejó probar sus logros, al sorprender con la visita del músico y compositor británico Michael Nyman, quien al experimentar una nueva faceta expuso una serie de imágenes donde se refleja el abandono en el que sobrevive el Cine Ópera en la Ciudad de México. Las fotos pertenecen al catálogo de Le Laboratoire, una galería mexicana que se perfila como incubadora de artistas emergentes. El trabajo de Nyman, como él mismo lo explicó a quienes visitaron su obra, es un llamado de atención al inba y al Conaculta para que visualicen esta joya arquitectónica en el olvido.
Las propuestas de la feria en aquella ocasión fueron variadas, desde el trabajo del argentino Pablo Boneu, quien imprime en hilos de cáñamo que después desordena, hasta escenarios asiáticos captados por Erwin Olaf, y las obras de fotoperiodistas mexicanos como Fabián García Barajas, Walter Shintani y Alejandro Cartagena, de quien se presentó la secuencia del controversial momento en el que Peña Nieto enlista sus tres libros favoritos en la FIL de Guadalajara.
Para la edición de este año ya está confirmada la galería mexicana Almanaque, que cuenta con obras de Yves Borgwardt, el alemán galardonado por sus portadas y trabajos en el mundo de la moda internacional; representando a España destaca la galería Freijo, con un catálogo que incluye piezas de Matías Costa, el argentino que explora la soledad y el desarraigo de las sociedades actuales, y también habrá piezas del famoso cronista visual de la ciudad, Héctor García, quien realizó retratos muy personales a Diego Rivera mientras trabajaba en su estudio ubicado en San Ángel.
Con tales propuestas, veremos si esta extensión de la feria logra crecer por sí misma para posicionarse como el encuentro de fotografía más importante del país.
El valor de otras épocas
A la par de Zsona Maco Foto se llevará a cabo el Salón del Anticuario, que tendrá una curaduría de piezas y muebles anteriores a 1960.
Cada una de las casas de antigüedades participantes exhibe una línea diferente: están las de objetos vintage, con máquinas de escribir y letreros publicitarios de refrescos de cola, pero también hay una gran cantidad de arte sacro y muebles fabricados por diseñadores setenteros, como los que resguarda la galería Parada 54.