Quedarse en casa no es pretexto para dejar de aventurarnos a conocer de la cultura mexicana.
Una nueva herramienta que da oportunidad de ver cómo florecen los cerezos cada día.
Lo único que necesitaba la naturaleza para demostrar su belleza era que nos quedáramos en casa unos cuantos días.
Una prueba más de que la realidad imita al arte.
Sin personas, las ciudades nos ofrecen postales únicas donde lo que destaca es la arquitectura y el urbanismo.
Siempre se puede ser un visitante en nuestra propia ciudad.