Desde las comidas callejeras que se encienden cuando cae la noche, las especias y frutos secos del bazar o los giros de la cocina moderna, la herencia histórica de esta ciudad también se vive en el paladar.
A la velocidad de un Concorde, la capital danesa se convirtió en el deseo ineludible para los amantes de la comida.
La ciudad vive uno de sus mejores momentos para los comensales, ávidos por ensayar lo novedoso en restaurantes y bares.
Dos días en este pueblo mágico chiapaneco son suficientes para disfrutarlo de punta a punta.
Además de ser una de las grandes capitales gastronómicas del mundo, Lima encierra encantos culturales, de arquitectura y paisajes que la hacen un destino ineludible en América Latina.
Un reencuentro con el arte y la mejor gastronomía italiana.